En la decada de los 80 con jugadores como Julius Erwing, Larry Nance, Dominique Wilkins o Michael Jordan, que eran capaces de convertir la ejecución de un mate en arte, la NBA decidio incluir el concurso de mates junto al partido de leyendas en las actividades del All-Star Weekend.
Las reglas son simples. Cada jugador tiene que hacer un número determinado de mates. El jurado da sus notas y las mejores puntuaciones pasan de ronda. En la final, el jugador con más puntos se lleva la victoria. Sobre todo en las primeras ediciones el concurso, por su novedad, fue un gran espectáculo, con estrellas como Michael Jordan o grandes sorpresas como Spud Webb.
Según iban pasando los años, cada vez había menos imaginación, y los mejores jugadores no querían participar por miedo a lesionarse. Estas fueron algunas de las razones para que la NBA suprimiera el concurso en la edición 1998.
Pero a partir del concurso de 2000, con la explosión de Vince Carter el espectáculo ha vuelto.